LIDERAZGO PARTICIPATIVO
La participación, como dijimos en el taller dedicado: Derecho a la Participación, además de derecho humano intransferible, es estrategia y  metodología que implica el manejo de técnicas.  
 El taller que hoy facilitamos, con el nombre de Experiencia Asociativa y Liderazgo Participativo, se detiene fundamentalmente en el aspecto metodológico y técnico de la participación dentro de la vida de los grupos y organizaciones.
Desde una  introspección personal  de cada participante sobre sus tendencias profundas  y actitudes  – a favor o en contra de la participación –  se propicia una reflexión sobre la vida del grupo, sobre las cualidades y condiciones de un animador en clave de participación y el modo de adquirirlas, así como el adiestramiento en el ejercicio de algunas técnicas de grupo.
Todo el contenido es presentado desde el grupo, al servicio del cual el animador se debe. El grupo entendido como realidad no sólo sociológica, sino también y sobre todo como realidad psicológica, es decir, como una relación viva  que tiene, como toda persona viva, un  proceso de gestación, nacimiento, infancia, adolescencia, juventud, adultez y muerte.
En esta relación viviente se encuentran e intervienen muchas personas singulares, enriqueciéndose de su sabia, dando a la relación  los ingredientes que permiten, condicionan y  posibilitan la existencia del grupo.
Durante el curso taller, si se sigue paso a paso, se podrá descubrir que, aunque se usa el término de líder, se hace una conceptualización del liderazgo distinta, además de opuesta, a la que comúnmente utilizamos. El líder no es el jefe, el líder no es el  que más sabe. Más aún, en un grupo participativo, no debería existir un líder, sino un liderazgo compartido. Este modo de compartir el liderazgo en un grupo participativo no se hace eligiendo a los líderes de manera democrática. Así se pueden  nombrar las juntas directivas. El liderazgo no es una directiva. El liderazgo es un modo de participar todos, de manera unida,   con sus propios aportes, desde las dotes, cualidades y capacidades que cada uno tiene. 
Si se  habla de animador, se habla de esa persona  que tiene la cualidad, dote y capacidad de dar dirección y unidad a la diversidad de capacidades y a la distinción de personas que conforman un grupo.
Al introducir este taller dentro del proceso de construcción de conocimientos de la Escuela de Servidores Públicos,  tenemos la esperanza de que todos los participantes  logremos entendemos unas palabras muy sencillas del líder  Jesús de Nazaret: No he venido a ser servido, sino a ser un servidor.

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