Filosofía de la Educación

. - Filosofía y Pueblo o que viva Sucre

Al iniciar el trabajo con Aripo, ideas y artículos tomaron cuerpo y fortaleza. Por otro lado, los encuentros formativos con la gente de los centros educativos del Estado, hicieron necesario poner por escrito algunas viejas ideas; y, además, poner al servicio de la gente, ante la ausencia de material bibliográfico asequible, un texto en borrador para provocar. La provocación se hizo palabra. La palabra se escribió con muchas manos, mentes y corazones. Nació el primer hijo de "Aripo", Filosofía de la educación. Como creció rápido ese hijo, hubo que inventar otra habitación para vivir. De él espera parto final su hermano, Filosofía de la educación II.
Si con Aripo calentamos con fuerza inicial, con este texto de filosofía continuamos la serie de trabajos de aportes, crítica y construcción de modos de educar y de clarificación de sus bases ideológicas. Ese texto desveló con fuerza los fundamentos éticos y epistemológicos de la educación oficial; los sometió a examen y les hizo un largo seguimiento genético.
Con rapidez, el texto se sembró en universidades, centros de formación, bibliotecas, y empezó a generar movimientos de discusión.
Con el texto se persiguió un balance entre profundidad y sencillez. Por allí vinieron las críticas. Ya las esperábamos. Unos defendieron mayor profundidad; otra más sencillez. En todos modos, nadie puso por escrito críticas distintas de las laudatorias.
El texto, primer número de la colección "Vive Sucre", aportó no sólo elementos para la comprensión de la educación actual y sus fundamentos, sino sobre historia de la filosofía y del pensamiento pedagógico. Al aportar los elementos, insinuó abiertamente la existencia de otro modo de formarse, fundado sobre otras bases filosóficas.
El éxito de este esfuerzo puede perseguirse no sólo por la difusión nacional del texto, sino por ser, sin red de distribución, un esfuerzo que en apenas tres años cuenta con dos ediciones.

Cf. LOPEZ A.-RODRIGUEZ W., Filosofía de la educación, Ced, Cumaná 1995.

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