LOS TRES PESCADORES

A finalizar su trabajo en la Posada Mar de la Esperanza. Manuel, de regreso a su casa, siempre caminaba a orillas del mar. AIII estaban, como todas las tardes, tres pescadores sentados en un viejo bote en reparación, leyendo un librito y discutiendo con rostros de alegría.
Esto llamó la atención de Manuel, quien, un día, curioso por conocer qué leían y debatían se acercó a ellos y les preguntó:
-¿Qué leen y conversan con tanto entusiasmo?
Los pescadores respondieron a voces: - iLa Constitución!
¿La Constitución!?, ¿La Constitución de qué?
Dijeron los pescadores: - iConstitución de la República Bolivariana de Venezuela!
Y Manuel: - ¿Para qué tanto esmero?
Los pescadores explicaron: - Para transformar toda esta miseria y explotación que está a nuestro alrededor: deterioro criminal del eco-sistema marino a causa de las arrastropescas, abuso de los caveros por la ausencia de centros de acopio y camiones de traslado, distribución de droga que destruye a nuestros hijos, robo constante de motores por los piratas de mar, inseguridad social, proselitismo político a la hora de otorgarnos créditos, negligencia de las autoridades competentes y pare usted de contar….
¿ Creen ustedes que leyendo ese librito y reflexionando van a arreglar este abandono? o preguntó Manuel con ironía.
- No es sólo que leemos y reflexionamos, también, actuamos. La Constitución nos reconoce como sujetos de derechos; pero, no basta tener/os, hay que exigirlos al Estado para que los garantice; de lo contrario, seria pura letra muerta que se la lleva el viento.- Insistieron los pescadores. Y añadieron - No olvides, amigo, que la Constitución da pueblo el poder de decidir y controlar lo que queremos para nuestras comunidades municipio. Pero tenemos que ejercerlo de manera organizada.
Manuel no se daba por vencido. - Aún así, esto lleva mucho tiempo. Ustedes estan en pañales, desorganizados, desunidos y todo es un bochinche ... Incluso hasta enfrentados ... -.
y los pescadores tampoco. - Es verdad. Sin embargo nosotros hacemos nuestra parte, convencidos que "hacer es la mejor manera de decir". Si queremos cosechar tenemos que sembrar. Queremos organizar la esperanza de los pescaores promoviendo unión, capacitación, confianza y descubriendo el poder de la participación -
Los pescadores dijeron esto y continuaron trabajando.
Manuel continuó su camino y pensó que éstos eran unos locos soñadores.
Muchos años después Manuel, que desde aquella tarde del encuentro con los pescadores se había marchado de la comunidad, quiso dar una vuelta por su antigua ruta del mar. Se fue acercando cada vez más asombrado por lo que veía a su alrededor.
Allí donde no había nada, estaba ahora un centro de acopio, camiones cavas, un muelle turístico artesanal, una ferretería marina con precios solidarios, nuevos botes, un moderno equipo de vigilancia costera y un centro de formación para pescadores artesanales del municipio, donde se podía ver una enorme placa con los nombres de los tres pescadores que habían promovido aquel sueño, con una frase que decía: "Nunca es tarde cuando la dicha llega".
Manuel se acordó entonces de aquellos tres locos soñadores reunidos en el viejo bote ... Los buscó en la playa y no los encontró.
Cuando preguntó por ellos, le contestaron que habían muerto hacía poco. Y exclamó: - iQuién lo diría!... Pero, ¿para qué les valió tanto esfuerzo si no pudieron disfrutar de sus beneficios?
En ese momento vio a un grupo numeroso de jóvenes, reunidos, que hablaban mucha emoción. Manuel, inquieto por lo que veía, se les acercó y preguntó: - ¿Qué comentan con tanta alegría?
Los jóvenes respondieron a una sola voz: - iLa nueva Ley de Pesca y sus avances! La eliminación de la pesca de arrastre, el otorgamiento de pensión y la creación del banco del pescador para otorgar créditos directos y a intereses solidarios…....
Fue entonces cuando Manuel entendió la magnitud de lo que aquellos pescadores habían hecho.

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