CIUDADANÍA Y PLANIFICACIÓN MUNICIPAL
“Ni unos ni otros han comprendido que la planificación no es un mero
problema de voluntad de hacer, sino que también de posibilidades reales de
hacer, y que dichas posibilidades deben construirse concertando esfuerzos y
voluntades de distintas organizaciones y fuerzas sociales; ni unos ni otros han
comprendido que la planificación no tiene inicio ni tiene final ya que se
desarrolla en una realidad compleja en continuo cambio y plagada de
incertidumbres. Ninguno ha comprendido que una buena planificación es la clave
de un buen gobierno”
Flavio Carucci T.
El Municipio es la
base territorial para la organización de la República gozando de autonomía y personalidad jurídica
.El constituye el
cimiento para el desarrollo del
estado y del País. Actualmente
enfrenta profundas
transformaciones. El Municipio
juega un papel importante en la
construcción de una nación desarrollada,
donde su potencial es elemento primordial en la mejora de la calidad de vida de
los ciudadanos y hablar de calidad de vida, conlleva el compromiso de orientar
los recursos públicos (locales, regionales y nacionales) con eficiencia y eficacia para mejor atender
las demandas ciudadanas.
Es bien
sabido que dirigir una organización pública implica enfrentar un sistema social
complejo, el cual se constituye de elementos internos condicionados por una
cultura organizacional y política, que muchas veces va en dirección contraria a
la razón y a la normativa legal vigente. Además
existe la presencia de elementos
externos que escapan del control de quien ejerce la gerencia, el gobernante,
que a veces van a favor o en contra de su gestión.
Para
hacerle frente a estos obstáculos el gerente público (Alcalde, Gobernador, Presidente, etc.)
cuenta con una herramienta útil y poderosa como
es la planificación, que permite asegurar a través de su cumplimiento la
generación de resultados de gran efectividad social. El éxito en la gestión de
los asuntos públicos depende en muy buena medida de la calidad del cálculo y
previsión (planificación) que precede a la toma y ejecución de decisiones.
PLANIFICACIÓN Y PLAN.
Por lo general confundimos el proceso de planificación con el hecho único de elaborar planes. Es por ello la importancia de saber diferenciar uno del otro. Cuando se habla de planificación de inmediato se nos viene a la mente palabras como cálculo, recursos, personal, actividades, tiempo, objetivos, etc. y es porque la planificación tiene que ver con cada una de esas cosas. La Planificación tiene que ver con las acciones conscientes, preventivas y metódicas para transformar, en un tiempo determinado, las condiciones actuales insatisfactorias en función del mejoramiento de la calidad de vida de la población en general. En este sentido, la planificación debe de estar al servicio de la gente y no de intereses ajenos a ella. Ella no es un sistema de gobierno ni un fin en sí misma.
Ahora bien, un plan
es un documento de carácter técnico político en el que de manera general
y en forma coordinada se encuentran: lineamientos, prioridades, metas,
directivas, criterios, disposiciones, estrategias de acción, financiamiento, y una serie de
instrumentos con el fin de alcanzar las metas, alcances, y objetivos propuestos. El plan
ayuda a saber qué vamos a hacer, en dónde, con quién, cómo, cuándo y qué
cantidad de acciones haremos. Un plan puede ser
considerado como el final y a la vez el principio del proceso de planificación
Por su condición
de técnica, es decir de procedimientos para actuar, la planificación es neutra:
no es buena, ni mala en un sentido ético. En cambio puede ser eficaz o
ineficaz; puede o no conducir a la obtención de los objetivos deseados. Pudiéramos decir que La Planificación
contiene unas premisas básicas:
§
Es un evento técnico y
político.
§
Es un mandato
constitucional.
§
Tiene un marco legal
específico.
§
Posee una red
territorial.
§ Está articulada a la participación
§ Es de carácter corresponsable y vinculante
PLANIFICACIÓN Y MARCO LEGAL
El marco
legal venezolano ha perfilado un esquema de planificación en el cual se
identifican claramente las competencias de los niveles de gobierno, y los
canales de participación de la ciudadanía en las discusiones sobre los
problemas que la afectan y las alternativas posibles de solución a esos
problemas.
Esta
“realidad participativa” y la posibilidad de sincronizar funciones entre el
gobierno nacional, regional, local y ciertas instancias de participación que
supone el marco constitucional y legal vigente, plantea -sin lugar a dudas- el
reto de pasar de un modelo de gestión centralista y auto-referenciado y por lo
tanto excluyente, a otro abierto y descentralizado ; orientando la satisfacción de las demandas sociales con
base a las nuevas relaciones entre el Estado, en sus distintos niveles
político-territoriales y sus entidades orgánicas , los ciudadanos y la sociedad civil; a través de sus
expresiones asociativas.
Puede afirmarse que el proceso institucionalizado,
desde hace muchos años y orientado por diversos gobiernos, de la planificación ha tendido a consolidarse
a través de una larga y dificultosa evolución centrada
en la definición y articulación de los diferentes niveles que conforman el
sistema de planificación.
PLANIFICACIÓN Y MUNICIPIO
Tradicionalmente, la planificación
ha sido mal entendida y muy mal aplicada en la mayoría de las organizaciones
públicas, incluyendo, por supuesto, los
gobiernos municipales. De hecho los gerentes municipales tienden a asumir que
la planificación es un “asunto de técnicos” y, de esa manera, la consideran
como un acto “cuasi-académico” que termina, cuando mucho, en un “plan-libro”,
que una vez elaborado y “bautizado” simplemente se archiva en las oficinas
gubernamentales.
El marco constitucional vigente establece como un derecho y un deber la participación
popular en los asuntos públicos y comunitarios del país (CRBV: artículos 62 y
132). Pero además, en materia de planificación está determinado que, los
sectores sociales tienen el derecho a estar debidamente informados, a elaborar
propuestas, a identificar prioridades y también a formular recomendaciones en
el proceso de planificación.
Ya que el municipio representa el espacio natural para la participación
ciudadana, la administración municipal constituye la instancia de gobierno más
próxima a la ciudadanía, por lo que reúne las condiciones más favorables de
todo el sector público para instrumentar una gestión participativa, orientada a
incorporar la comunidad tanto en la definición, como en la ejecución y
evaluación de políticas, proyectos y servicios sociales articulándose con los
diversos sectores de la comunidad y facilitando su interacción, los gobiernos
municipales pueden incentivar la movilización de los recursos locales y
externos, públicos y privados, para el logro de mayores niveles de equidad y
calidad de vida, cumpliendo al mismo tiempo una importante función en la
democratización de la gestión pública.
La planificación puede ser una conexión eficaz entre gobiernos locales,
los vecinos y las demás organizaciones comunitarias o sociales. Un enfoque
participativo de la planificación de las políticas públicas locales redundará
en un mayor acierto de los diagnósticos de las necesidades comunitarias; así
como también en la legitimidad y la transparencia en la asignación de recursos
a los proyectos de inversión pública que hayan sido definidas mediante este
esfuerzo.
Por supuesto, esta visión participativa de este proceso gubernamental
requiere de un gran esfuerzo institucional por parte de todos los actores
involucrados: autoridades públicas y los ciudadanos organizados de manera
independiente, o por medio, de los consejos locales de planificación pública y
los mismos consejos comunales u otras instancias de participación ciudadana.
A MANERA DE CIERRE.
La
Planificación es la acción de decidir,
antes de actuar, lo que se desea hacer, cómo se hará, cuándo se realizará,
quién ha de hacerlo, con qué se hará y cómo se controlará en un período
específico. Es un instrumento de cambio y mejora continua dentro de una
organización. La Planificación en definitiva es coordinar actividades, tiempo y
recursos, así como personas responsables de las actividades con el fin de
lograr los objetivos propuestos con calidad y eficiencia.
En este
sentido, la planificación municipal se enmarca dentro de los mandatos
constitucionales en la materia. Además de las leyes de Planificación, de
Finanzas Públicas y de la Administración
Pública, los municipios poseen su marco
legal específico como: la LOPPM y la LCLPP. La planificación es, por
consecuencia, una necesidad ineludible
en los distintos niveles de gobierno entre los cuales se distribuye el
Poder Público en Venezuela.
Ella, la
planificación municipal, establece las pautas generales que sirven de guía a su
sistema gerencial, ya que orienta la asignación de recursos económicos
(presupuesto), define responsabilidades de dirección, coordinación y control
(organización), precisa los parámetros a evaluar (control), establece las
consideraciones metodológicas e instrumentos de análisis para el manejo de las
relaciones con el entorno y determina, en parte, las características que
asumirán los procesos comunicacionales y participativos al interior y exterior
de la Municipalidad.
Autor: José Lemus, Animador de Procesos Municipales